Personas exdrogadictas nos cuentan cómo cayeron en el mundo de la adicción
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid
Rocío consumía todos los fines de semana, e incluso algún día entre semana. Cuando el padre de sus hijos tuvo un accidente laboral se mantuvo a base de cocaína para cuidar de él. Entre lágrimas reconoce que llegó a prostituirse a cambio de droga.
Gracias a fuerza de voluntad y a la ayuda y el tratamiento que recibió en la Fundación Padre Garralda – Horizontes Abiertos pudo dejar el mundo de las drogas. Un mundo en el que entró a los 23 años y que le hizo tocar fondo.
En la tarjeta la pregunta “¿Cuándo empezaste a drogarte?”.
“Empecé a drogarme por un desamor”, reconoce Rocío. “Estaba borracha y me dieron a probar la cocaína para que se me bajara el pedo del alcohol. Ahí me metí mi primera raya y empecé a consumir”.
Ese momento marcó el inicio de una nueva vida en la que las drogas se convirtieron en las protagonistas. “Todos los fines de semana parábamos para pillar un gramo entre todas a escote y pasar la noche tomándonos unas rayas”. Una práctica que se hizo asidua en ella.
“En el colegio no me sentía aceptado y tenía miedo a mi padre”
Jesús, también rehabilitado, se fumó su primer porro en el colegio, con unos trece años. “Mi vida antes de la droga era un poco caótica. En el colegio no me sentía aceptado y tenía miedo a mi padre. Yo creo que eso fue un desencadenante para empezar a consumir”
Pilar, que también ha logrado escapar de las drogas, comenzó a una edad similar. “Empecé con doce años. Cuando iba a clase veía a un chico con los ojos rojos y que estaba en otro mundo y sentí curiosidad. Me contó lo que hacía y yo también quise experimentarlo”.
Algo más tarde empezó Mariano, a los diecisiete. “Estaba con unos amigos tomando unas cervezas, coincidimos con otros amigos suyos, se hicieron unas rayas en la cartera y me preguntaron si quería probarlo. Pues vamos a probarlo”.
