En las cárceles españolas se ha detectado un nuevo tipo de droga cuyo ingrediente principal es el fentanilo, una sustancia extremadamente potente y peligrosa.
Según denuncian los funcionarios de prisiones en Sevilla, la droga entra en los centros rociada en el papel de las cartas que envían los familiares a los presos.
La situación es muy preocupante, ya que esta nueva modalidad de consumo está provocando muertes entre los reclusos, con un promedio de uno o dos fallecidos al mes.
Además, los internos que consumen la sustancia se vuelven muy agresivos con el personal penitenciario, lo que aumenta el riesgo dentro de los centros.
Los trabajadores de prisiones alertan sobre el grave peligro que supone la llegada del fentanilo a las cárceles, tanto para la seguridad de los internos como para la de los funcionarios.