Crujiente, versátil y cargada de energía. La granola ha pasado de ser un alimento de nicho a convertirse en un imprescindible en muchas despensas, no solo por su sabor, sino por sus beneficios nutricionales: es rica en proteínas, fibra y ayuda a regular la digestión.
En una pequeña fábrica de Rascafría, han convertido esta tendencia en un arte, elaborando de forma artesanal versiones que van desde la clásica con manzana hasta la innovadora de chocolate, pasando por opciones cero azúcares.
Patricia, una de las artesanas, abre las puertas de su obrador para revelar los secretos de una granola perfecta. "La base es más o menos la mitad de avena integral", explica mientras mezcla con cuidado los ingredientes.
A esto añade un mosaico de semillas y frutos secos: pipas de calabaza, chía, semillas de lino dorado, quinoa y almendras. "Puedes utilizar el fruto seco que te guste", aclara, mientras añade "un puntito de sal, que siempre realza mucho los sabores".
El proceso es sencillo pero meticuloso. Primero se mezclan todos los ingredientes secos. Después, se une todo con un chorro de aceite de oliva virgen extra y el toque dulce que, en su caso, proviene del sirope de agave. "Necesitamos que esta mezcla se una", comenta Patricia mientras remueve hasta que todo queda integrado.
Luego, llega el momento clave: hornear. La mezcla se extiende en una bandeja con papel, intentando que no quede demasiado compacta. "Hay que hacer un poquito de agujeros para que se hornee de forma uniforme", indica.
El horneado es lento y a baja temperatura: 140 grados centígrados durante unos 45 minutos, hasta lograr ese color dorado y textura crujiente características. A pesar de su popularidad, Patricia reconoce que "todavía queda mucho mercado por recorrer". Su recomendación es clásica y saludable: con yogurt y fruta.
Pero en su fábrica no se limitan a la receta básica. Han desarrollado una gama que satisface desde los paladares más tradicionales hasta las demandas más actuales:
- Granola con miel de abeja, manzana, pecanas y pasas: la versión clásica y reconfortante.
- Versión cero azúcares: elaborada con pasta de dátiles como endulzante natural.
- De sirope de agave: una alternativa vegana y con bajo índice glucémico.
- De chocolate, pistacho y avellanas: el capricho indulgente, pero con base saludable.
Más que un simple cereal, la granola artesanal de Rascafría representa una filosofía de desayuno y snack: una manera consciente y deliciosa de empezar el día con energía, sin renunciar al cuidado de la salud. Un producto que demuestra que lo artesanal y lo nutritivo pueden ir de la mano para conquistar nuestro paladar.