Las calles de Tielmes se han convertido en un museo viviente de la tradición belenística. El pueblo celebra con fervor la VIII edición de su Concurso de Belenes, una iniciativa que busca promover y mantener viva la costumbre de montar el Nacimiento en los hogares durante la Navidad.
Con reglas que fomentan la creatividad (se admiten belenes de cualquier tamaño, material y con componentes eléctricos), la competición ha dado lugar a escenas llenas de cariño, historia e ingenio.
El recorrido por los belenes participantes es un viaje por la esencia de la comunidad. La primera parada obligatoria es la Parroquia Santos Niños Justo y Pastor, donde un grupo de nueve amigos expone una obra monumental.
"Todo está hecho a mano: las casitas, el portal, el molino y nuestra fuente, que es una réplica de la del pueblo", explica Clarisa, miembro del colectivo. Este belén, que comenzó en 2018, crece cada año.
"Hemos incorporado el templo de Herodes. Para el año que viene tenemos más ideas… ¡venid a verlo!". Inés, miembro del jurado, no puede ocultar su admiración: "Es precioso todo lo que hace la gente. Estas cosas no se tienen que perder".
La Residencia La Solana ofrece uno de los belenes más emotivos, confeccionado íntegramente por sus residentes. Los personajes son muñecos Barriguitas a los que visten según la época del año, una actividad que ayuda a los mayores a ubicarse temporalmente.
"Han trabajado el corcho, los edificios, el pan, y han hecho ropita de ganchillo", detallan. El resultado trasciende lo artesanal: "Es muy especial porque lo han hecho como si fuera su hogar".
Por otro lado, el Belén de Edu gana fama año tras año por su espectacularidad y simbolismo. Montado con cepas y viñas locales, el creador juega con la iluminación para guiar la mirada: "Iluminamos al ángel en la Anunciación y, en la escena principal, al Niño Jesús, creando un fondo de colores para dar profundidad". Herodes, "el malo de la película", se mantiene en penumbra. Edu carga con una tradición familiar: "Empecé con mis padres de niño, y espero seguir con esta ilusión muchos años".
Para teñir las calles de espíritu navideño, también se celebra el VI Concurso de Decoración Navideña de fachadas, balcones y patios, con el objetivo de crear un ambiente festivo colectivo. Vecinos como Ángel participan con entusiasmo en ambas categorías, llenando su hogar de decoración artesanal.
El desenlace está previsto para el 27 de diciembre a las 15.00 horas, durante un concurso de gachas. Los ganadores del mejor belén y de la mejor fachada recibirán un surtido de productos y un diploma, pero el verdadero premio, como demuestran las historias de Clarisa, los residentes de La Solana y Edu, es la perpetuación de una ilusión que se construye, minuciosamente, con las manos y el corazón.