El belén de la parroquia San Salvador de Leganés: 14 años de tradición y paciencia artesanal
- Un equipo de belenistas, liderados por el párroco, trabaja a contrarreloj para montarlo
Foto: ARCHIVO
En la Parroquia San Salvador de Leganés, desde hace 14 años, un dedicado equipo de voluntarios, encabezados por el párroco Pedro, se embarca en la colosal tarea de montar el Belén, una tradición que ya se ha convertido en un pilar de la Navidad.
La magnitud de la obra es considerable: 25 metros cuadrados de paisaje que cobra vida de forma artesanal. "Montando todos los corchos, de todos los kilos que se lleva este Belén", explica Lorenzo, quien destaca una de las novedades de este año: "Con cuatro mangueras que le hemos puesto, que hace las delicias de todos los niños, ver el agua como cae".
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Detrás de la magia hay todo un arte. Pedro, el párroco y belenista con 30 años de experiencia, es el director creativo. "Los belenistas somos un poco mentirosos", confiesa con humor mientras muestra una estructura que debe quedar oculta. "Hacemos un puente... y aquí tapamos y ya no se ve". Su objetivo es crear "un elemento natural".
El musgo es otro de los protagonistas esenciales. Pedro lo define no solo como un elemento decorativo, sino como una herramienta para "quitar imperfecciones". Muestra dos tipos: "el musgo verde de este año" y otro más seco y "trillado" que "ha hecho más mili" y se utiliza "para dar una sensación de continuidad e ir simulando una montaña".
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El proceso es un ejercicio de colaboración y artesanía. Raquel, la arquitecta del Belén, se encarga de dar textura a los corchos. Mientras, Jesús, miembro del equipo, enfatiza la virtud más necesaria: la paciencia. "Ahí vamos... colocando las piedras en el arco que tenemos este año nuevo", explica mientras aplica cola para unir los materiales.
La ilusión se renueva cada año con pequeñas incorporaciones. Sonia muestra con orgullo unas nuevas figuras donadas por una feligresa, que se estrenarán en esta edición.
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Aunque el trabajo es arduo y se prevé que se alargue hasta el 15 de diciembre, el esfuerzo tiene una recompensa clara para Pedro: "Es una cosa muy hermosa porque estás creando una belleza, sobre todo, pensando en los niños, en los ancianos que lo visitan, en las familias". Un Belén que va tejiendo el espíritu navideño en el corazón del barrio.
