Con el invierno a la vuelta de la esquina, arranca en Puente de Vallecas uno de los ritos gastronómicos más esperados por los vecinos mayores del distrito: el servicio del cocido de Mari Mar.
Este plato, calificado por sus fieles clientes como "el más famoso y rico" de la zona, es mucho más que un guiso; es una tradición que une a los vecinos más veteranos y pone en valor la cocina de cuchara más auténtica.
Detrás de este manjar se encuentra Mari Mar, una cocinera con una larguísima trayectoria. Con 35 años trabajando en centros municipales, 9 de ellos en este de Puente de Vallecas, ha perfeccionado una receta que es pura sabiduría popular. Su secreto no está en ingredientes extravagantes, sino en la técnica y el cuidado.
"Primero, el caldo, donde pongo la carne, el tocino, el chorizo, los huesos de jamón, los huesos de cadera. Luego se saca. Echo también verduras, puerros, cebolla, tomate, pimiento. Le rehogo con el aceitito del chorizo, con ajito y un poquito de vinagrito. Pongo los garbanzos con huesos de jamón", describe Mari Mar con la precisión de quien conoce cada paso al milímetro.
Su toque maestro: utilizar el caldo colado de la primera cocción, enriquecido con patata, zanahoria y chorizo, para darle un sabor intenso y único a los garbanzos. La fama de su cocido es tal que atrae a clientes que lo probaron con ella en otros centros y que ahora se desplazan hasta Vallecas para no perdérselo.
Al día, Mari Mar elabora diez kilos de este festín, que sirve para atender a unos cien comensales diarios, según explica su marido, Juan, quien gestiona el servicio con ella. "Estos son los de llevar, que salen a las doce y media más o menos", comenta mostrando los tápers preparados para reparto.
Lo más sorprendente, en los tiempos que corren, es el precio: 6,30 euros por una ración de este cocido casero. Una oportunidad que los vecinos no dudan en aprovechar. "Yo vengo todas las semanas", afirma un cliente habitual. "Es una buena cocinera", sentencia otra vecina, eludiendo cualquier adjetivo más complejo porque, sencillamente, sobra.
Cabe destacar que este servicio gastronómico y social está dirigido a las personas mayores empadronadas en el municipio que dispongan de la tarjeta madridmayor.es. No es un restaurante al uso, sino un beneficio municipal que, de la mano de Mari Mar y Juan, se convierte en un lujo culinario.