El Departamento de Control de Vectores del Ayuntamiento de Madrid, en funcionamiento desde el siglo XIX, sigue siendo una pieza fundamental en la protección de la salud pública de los madrileños. Su labor consiste en prevenir y controlar la presencia de animales considerados vectores de enfermedades o que resultan dañinos para el entorno urbano, como roedores, cucarachas, garrapatas, aves o avispas.
José María Cámara, jefe de Control de Vectores, subraya que hay dos factores esenciales para evitar la proliferación de plagas: “los alimentos, los residuos, la basura” y, en segundo lugar, “la conservación del edificio, que tiene que estar razonablemente bien”.
El experto señala que los roedores siguen siendo “el problema principal” en el ámbito urbano y que requieren una atención constante. No obstante, advierte de que otras especies como las aves y los insectos también generan complicaciones y necesitan medidas específicas para su control.