La doctora Pilar Riobó ha explicado algunos aspectos fundamentales para comprender los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), patologías graves que pueden poner en riesgo la salud de quienes las padecen. Entre los más comunes, señala la anorexia restrictiva pura, en la que “las pacientes restringen la ingesta de alimentos”. En el extremo opuesto se encuentra la bulimia, caracterizada porque “la paciente ingiere alimentos de forma normal o en forma de atracones, y luego tiene conductas purgativas compensatorias para evitar la ganancia de peso”.
Riobó detalla que esas conductas pueden incluir el consumo de laxantes, el vómito provocado o la práctica excesiva de ejercicio físico. Además, subraya la dificultad de detectar estos trastornos a tiempo: “Las pacientes no tienen sensación de tener una enfermedad, creen que están comiendo saludable”.
En el caso de la bulimia, el diagnóstico resulta todavía más complejo: “tienden a esconder los síntomas”, explica la especialista, lo que retrasa la identificación del problema y, en consecuencia, el acceso a un tratamiento adecuado.
La doctora Riobó advierte de que estos trastornos no deben subestimarse, ya que comprometen de forma seria tanto la salud física como la mental, y recalca la importancia de la detección temprana y del acompañamiento profesional.