Sacarle partido al jamón va más a allá de consumir su carne. Desde la grasa al hueso, este producto estrella de las Navidades puede darnos más de una alegría gastronómica cuando pensamos que ya se ha terminado.
Se trata de aprovecharlo al máximo: Con los huesos, caldos; con los recortes, croquetas o salteados; con la grasa, un aliño para ensaladas... Aquí no se tira nada.