Con la llegada del invierno, se abre la temporada de aprovechamiento forestal en el pinar de Guadarrama. Los vecinos podrán beneficiarse de las piñas caídas y leñas muertas hasta febrero.
Leonor y Eduardo, vecinos habituales de esta tradición, ya han recogido su autorización y se disponen a llenar sus cestas. "Vamos a recoger piñas y leñas muertas", explica Leonor, quien bromea: "Dos veces nos vamos a calentar: cuando recogemos y cuando ponemos la chimenea".
La recolección se extiende hasta el 28 de febrero, lo que permite realizar la actividad sin prisas. "No tenemos que venir a cogerlas todas hoy", comenta Eduardo mientras señala el paisaje. "La caminata hasta aquí, hasta la presa de la Jarosa, ya es un regalo en sí".
Además de piñas caídas, los agentes forestales recuerdan que está permitido recoger "pies secos", aquellos troncos de pino que, aunque aún en pie, están muertos y listos para leña, siempre que se trate de árboles ya dañados, como los afectados por las últimas nevadas.
Entre los usuarios del bosque, Eugenio destaca por su conocimiento de los usos tradicionales. Mientras trabaja con teas, trozos de tronco resinados que quedan tras las cortas forestales, explica: "Esto genera resina suficiente para proteger la madera. Para encender, es algo maravilloso".
Así, con leña autorizada, piñas y teas, ya no hay excusa para combatir el frío mientras se mantiene viva la cultura del aprovechamiento sostenible del monte.