En un acogedor rincón del Mercado Barceló, el aroma a Navidad inunda el ambiente. No es magia, es el trabajo de Arianna, la emprendedora detrás de Soanari, quien ha transformado su pasión por las velas en una profesión que ilumina y perfuma la temporada festiva.
La protagonista indiscutible de su tienda es la vela de soja, la última tendencia en candelería que llega para revolucionar el sector. "Esto es una cera vegetal, cera de soja, natural, biológica. No tiene nada que ver con la parafina", explica Arianna mientras muestra sus creaciones. El resultado es tan sorprendente que "los clientes piensan, por el olor y por la forma, que se comen".
Detrás de cada pieza hay un minucioso proceso artesanal, comparable a la alta cocina. Arianna describe el método: "Primero es derretir la cera. Una vez que esté derretida, le agregamos la fragancia y el color y lo vertemos en este aparatito que es muy práctico, vertemos en los moldes". La paciencia es clave: "Tenemos que esperar un tiempo hasta que esté seco y desmoldamos con mucho cuidado porque es una cera delicada".
Una vez seca, la cera de soja se transforma en creaciones de exquisito detalle, con formas tan realistas que engañan al ojo. Desde la sagrada familia y el niño Jesús hasta renos, ángeles y árboles de Navidad que huelen a chocolate.
Su tienda es un escaparate de la magia navideña, decorado con un árbol de Navidad único, cubierto completamente de estas velas artesanales. Pero más allá de la decoración, estas velas se presentan como el regalo perfecto para estas fiestas.
"Todo el mundo se está llevando este kit", comenta Arianna, mostrando un set que incluye "su pebetero, trae sus velas, le he puesto sus cerillas, una fragancia extra y todos los walts mels, que son estas pastillas que pones aquí para aromatizar".
En Soanari, Arianna no solo vende velas; ofrece una experiencia sensorial que perfuma y alumbra el camino hacia las Navidades, demostrando que cuando el trabajo nace de una pasión, el éxito huele a cera de soja y a ilusión festiva.