Visitamos la chatarrería Toferla, un negocio con más de 70 años de trayectoria cuya historia ha evolucionado en paralelo con el desarrollo del mundo del reciclaje. En este lugar aprendemos sobre la recuperación y el posterior reciclaje de residuos metálicos, un proceso que ofrece numerosas ventajas, como la conservación del medio ambiente y el reaprovechamiento de materias primas.
El primer paso del proceso consiste en triturar el material recibido mediante una máquina conocida como molino o trituradora de metales. Para aquellos materiales que no pueden procesarse en esta máquina, se realiza un corte más manual utilizando una tijera hidráulica, manejada con una grúa. Este procedimiento reduce el volumen del material y facilita su tratamiento posterior.
Para separar los residuos útiles del resto, se emplea un imán que limpia la chatarra de elementos no aprovechables. En el caso de los cables, se utiliza una cortadora para separar el plástico, recuperando así el cobre. Del latón, una aleación de cobre, se extraen diversos materiales como casquillos de bala, grifos antiguos o incluso monedas históricas como la peseta.
Una vez finalizado todo el proceso de selección y limpieza, los materiales se empaquetan y quedan listos para su traslado a la fundición, donde serán transformados en nuevos productos.