Las Torres de Colón tienen su guasa. Al contrario que el resto de los edificios del mundo mundial, este se construyó de arriba abajo. Para que luego digan que no se puede empezar la casa por el tejado, ¿verdad? Pues se puede. Y aquí se hizo.
Primero se pusieron los cimientos y sobre ellos se construyeron dos enormes pilares y la plataforma superior. Y luego fueron construyendo ¡hacia abajo!
Los madrileños se agolpaban en la Plaza de Colón para ver el espectáculo. Tenía que ser muy raro de ver cómo se construía. Técnicamente fue una proeza impresionante, pero la verdad es que no ha tenido mucho éxito estético.
Los madrileños lo llamaron enseguida “El enchufe”, por razones que son obvias si os fijáis en la parte superior.
Y en una encuesta de 2008 aparece como el sexto edificio más feo del mundo. Vamos a ver, no es el Palacio de Versalles, pero tampoco es para eso, ¿no?