Gente Maravillosa: Azúcar Moreno

  • Conocemos a madrileños que no dudan ni un momento en dar la cara por lo que consideran justo
  • Las Azúcar Moreno presenciarán una escena de discriminación por síndrome de Down que no las dejará indiferentes
Foto: Redacción |Vídeo: Telemadrid

Las cámaras ocultas de Gente Maravillosa viajan por la Comunidad de Madrid para encontrar a madrileños anónimos que no se callen ante las injusticias. Cualquiera puede convertirse en el protagonista de Gente Maravillosa y los madrileños pueden encontrarse nuestras cámaras en cualquier lugar.

Hasta ahora, los actos solidarios, valientes y desinteresados, pero anónimos, era raro que encontraran un hueco en la televisión. Ahora seremos nosotros quienes convertiremos en auténticos protagonistas a estos pequeños héroes madrileños.

Conocemos a madrileños que no dudan ni un momento en dar la cara por lo que consideran justo

Las hermanas Azúcar Moreno nos demostrarán en Gente Maravillosa que son precisamente eso, dos personas maravillosas y muy especiales. Las cámaras ocultas del programa las grabaron defendiendo a Paloma, una chica con síndrome de Down que estaba sufriendo una situación de discriminación.

Paloma había acudido a una tienda buscando un vestido, pero, nada más verla, la dependienta le ha preguntado que si la había traído alguien. Como había venido sola, la empleada se ha negado a atenderla, además de otras humillaciones como llamarla “mongolita”.

Conoceremos a Jero García, excampeón de España de Boxeo que, durante su juventud, no tomó las mejores decisiones. Gracias a él descubriremos la violencia filioparental, es decir, el maltrato de hijos hacia sus padres, una situación que cada año acumula más denuncias.

Para visibilizar y denunciar este tipo de violencia hemos preparado una cámara oculta en la que un hijo tirano quiere obligar a su madre a que le compre unas zapatillas muy caras. Como la mujer no se las puede permitir, el joven la insultará y la humillará delante de toda la tienda.

Por último, viviremos con Rafaela y su hijo Samuel la triste situación que les toca sufrir cada día: la gitanofobia, es decir, el odio a los gitanos por el mero hecho de ser gitanos.

En esta ocasión, Rafaela y Samuel harán de actores para revivir su propia historia a través de nuestra cámara oculta: la dependiente de una tienda no quiere gitanos en su establecimiento.

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