A pocos metros del Palacio Real de Madrid se encuentra uno de los espacios más emblemáticos y majestuosos de la capital: la Plaza de Oriente, un lugar que no solo cautiva por su belleza arquitectónica y sus jardines, sino también por el impresionante conjunto escultórico que la rodea.
Se trata de un proyecto iniciado a mediados del siglo XVIII con un objetivo: rendir homenaje a la historia de España y a los reinos que la conformaron. Por ello, en la plaza encontramos representaciones de reyes visigodos, monarcas de Castilla, de Aragón o de Navarra, que de un vistazo permiten recorrer siglos de pasado.
En total, la plaza acoge 20 estatuas distribuidas en dos hileras de diez. Sin embargo, forman parte de un conjunto mucho más amplio. En total, fueron esculpidas 108 figuras, realizadas en apenas tres años por un equipo de 24 artistas bajo encargo de la Corona, lo que supuso un auténtico récord de producción para la época.
Aunque la mayoría de estas esculturas permanecen en Madrid, no todas se encuentran en la capital. Durante el reinado de Isabel II, muchas de ellas fueron reubicadas en distintas ciudades españolas. Así, hoy en día es posible encontrarlas en lugares como el Paseo de Sarasate en Pamplona, además de en Ferrol, Burgos, Vitoria o en enclaves madrileños como los Jardines de Sabatini o el Parque del Retiro.