La ola de incendios forestales que azota la Península Ibérica afecta especialmente a Castilla y León, donde se registran ya 14 focos activos, sobre todo en las provincias de León y Zamora.
La situación es especialmente crítica en los incendios de Molezuelas de la Carballeda y Puercas, donde las altas temperaturas, que superan los 35 grados, y el intenso viento dificultan las labores de extinción.
En Molezuelas, las llamas han alcanzado el municipio de San Esteban de Nogales, en León, y la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha confirmado que se trata de un incendio muy complicado de contener por las condiciones meteorológicas y la orografía del terreno, rodeado de masa forestal.
En Puercas, en la provincia de Zamora, se ha recurrido a una técnica de contrafuego, que consiste en prender fuego controlado para frenar el avance de las llamas. Allí trabajan más de 20 efectivos de extinción en una carrera contrarreloj por evitar que el incendio se descontrole aún más.
Por otro lado, mejora la situación en la zona de Las Médulas, también en León. Los 60 vecinos desalojados ya han podido regresar a sus casas, aunque el fuego ha dejado daños visibles en este enclave declarado Patrimonio de la Humanidad.
En total, los incendios en Castilla y León han arrasado ya más de 3.500 hectáreas y han obligado a evacuar a más de 2.500 personas, convirtiendo a esta comunidad en la más castigada por los incendios de este verano.
Además, en San Martín de Yeltes, en Salamanca, se ha declarado un nuevo fuego en fase de emergencia 2, lo que supone un alto nivel de riesgo para la población y el entorno.
Extensión a otras regiones
Los incendios también afectan a otras zonas del país. En Castilla-La Mancha, el fuego se acercó peligrosamente a Navalmoralejo, en la provincia de Toledo, donde ya se ha conseguido perimetrar el 90% del fuego. Sin embargo, el 75% de ese incendio se ha extendido a la provincia de Cáceres, donde ya ha quemado unas 3.000 hectáreas.