La inquietud de los socios que sustentan a Pedro Sánchez no se aplaca ante la posibilidad de que los efectos del caso Koldo sean mayores de los conocidos hasta ahora -sobre todo, tras las novedades que alcanzan al Ejecutivo socialista de Navarra-, algo que el Gobierno afronta insistiendo en que seguirá hasta 2027.
El compromiso del presidente de Gobierno de agotar la legislatura pese al enorme impacto que la presunta trama corrupta que ha hecho caer al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, es el argumento al que se aferran los ministros socialistas para contrarrestar las dudas de los socios y los reproches de la oposición.
El PNV ha facilitado este jueves que el Congreso de los Diputados apruebe una moción del PP que exige a Sánchez explicaciones "urgentes" sobre la trama destapada por la UCO.
Si ya habían protestado por la fecha propuesta desde Moncloa, el 9 de julio, al considerar que es muy tarde, ahora lo hacen por los temas que quiere abordar Sánchez. Según consta en la petición de comparecencia registrada, informará también a la Cámara de la próxima Cumbre de la OTAN y del Consejo Europeo, así como de la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo que se celebrará en Sevilla.
"Pedimos celeridad y transparencia, no purrusalda", ha dicho la portavoz del PNV, Maribel Vaquero, quien no ve bien la "mezcla" de temas.
En la misma línea y por la misma vía se ha pronunciado poco después el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, quien, tirando también de símil culinario, se refiere al conjunto de asuntos como un "buen gazpacho"."Dejad de cavar, por favor", concluye su tuit en una llamada de atención a La Moncloa.
Este miércoles Rufián consideró una excusa que Sánchez esgrima su agenda internacional para no acudir al Congreso antes del día 9. "No nos parece ni medio normal, pero bueno allá ellos: están con una pala bastante grande cavando", dijo en una advertencia que ha repetido hoy.
El PP ya pone toda la carne en el asador, convencido de que este asunto puede acabar con la legislatura, y su líder, Alberto Núñez Feijóo, describe al PSOE como un partido "en fase de destrucción" y considera la situación como un "volcán" mayor que los "brotes o episodios agudos de corrupción" antes vividos.
Además, el PP no ha dudado en exigir la dimisión de la presidenta de Navarra, María Chivite, y elecciones anticipadas en la comunidad foral, tras la renuncia de su número dos en el PSN, Ramón Alzórriz, por sus vínculos con Cerdán y sus supuestas prácticas corruptas en las adjudicaciones de obra pública.
"Un disolvente progresista"
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, en una entrevista en 'Las mañanas' de RNE, tras insistir en que la legislatura está "muerta", ha recordado que Sánchez es el único que "puede darle al botón de la convocatoria electoral", si bien cree que no lo hace y quiere agotar su mandato por "cuestiones personales y partidistas".
Belarra también ha reprochado a Sánchez que base su estrategia de defensa tras destaparse un presunto caso de corrupción en decir que "los del PP son más corruptos" que el PSOE, porque así "hace un daño irreparable a la democracia de nuestro país" y porque es "un disolvente progresista" que pone "una mayor alfombra roja a la derecha y a la extrema derecha".
Los socios del Gobierno aprietan
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, de Sumar, que tiene pendiente una reunión de la coalición de Gobierno para evaluar su funcionamiento en un momento crítico para el Ejecutivo, ha lanzado un aviso a Pedro Sánchez: Habrá "un problema" en España si no se garantiza la limpieza del PSOE y se adoptan medidas para atajar la corrupción.
Otro ministro de Sumar, Ernest Urtasun, ha admitido que la situación es "muy complicada". Y aunque ha dicho que ante el "gran estado de 'shock'" que padece el propio Ejecutivo, Sumar no hará nada que "facilite" un Gobierno del PP y Vox pero ha lamentado que Sánchez reitere que la corrupción cero no existe porque sus cinco ministros están "limpios".
Uno de ellos, Pablo Bustinduy, ha instando a celebrar de manera urgente la reunión de la coalición y ha apostillado: "Necesitamos transparencia absoluta, absoluta, caiga quien caiga". Ha abogado por la "rendición de cuentas y asunción de responsabilidades" para erradicar "cualquier sombra de sospecha" y ha afirmado que las explicaciones dadas hasta ahora por Sánchez son "absolutamente insuficientes".
El impacto de esta crisis también alcanza a la conformación del grupo parlamentario de Sumar, y uno de sus socios, los baleares de Més, ya se plantean marcharse al grupo Mixto para marcar distancias con los socialistas; Compromís está en una tesitura similar, aunque en su caso por discrepancias con el grupo a raíz de las comparecencias solicitadas en la comisión que investiga la dana.
Más claro es el secretario general de Coalición Canaria y presidente de Canarias, Fernando Clavijo, quien ha manifestado que si aprecian que las legislatura "no es viable", retirarán su apoyo a Sánchez, al que también instan a tomar "medidas determinantes" contra la corrupción.
El Gobierno, dispuesto a no rendirse
Pese a todo, los ministros de la parte socialista del Gobierno, encabezados por la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, se han esforzado en dejar claro que no se van a rendir y que sigue en pie su compromiso de seguir gobernando.
Montero ha manifestado que al Ejecutivo y al PSOE les "sobran" los motivos para continuar la legislatura y que van a seguir buscando apoyos para legislar; ha aseverado en el congreso de CC. OO. que la jornada laboral se reducirá, si no es a la primera, "a la segunda o a la tercera".
El titular de Presidencia, Félix Bolaños, otro peso pesado del Gobierno, ha incidido en que la mayoría de la investidura "sigue funcionando", y ha recalcado que ve a Sánchez "firme" para seguir hasta 2027.
Desde Luxemburgo, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha apostillado que agotar la legislatura es "lo más responsable" y ha recordado que Sánchez es el único que puede decidir si se acaba antes y ya ha afirmado que está dispuesto a continuar hasta 2027.