Los bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND) y del Ballet Nacional de España (BNE) han anunciado una huelga para el viernes 19 de diciembre como respuesta a décadas de precariedad laboral, con salarios prácticamente congelados desde 1995 y condiciones que califican de “indignas” para profesionales que representan a España en los escenarios nacionales e internacionales.
La protesta, impulsada por los propios artistas y respaldada por los sindicatos UGT, CCOO y CSIF, tendrá lugar frente al Teatro de la Zarzuela de Madrid, coincidiendo con una función de la CND.
Los bailarines han advertido de que esta movilización no será la única si no se atienden sus reivindicaciones de forma urgente.
Los intérpretes denuncian que sus salarios base no se han actualizado en tres décadas, que las dietas y complementos retributivos están obsoletos y que las horas extra no se remuneran más allá de un tope, compensándose con días libres que apenas pueden disfrutar debido a las exigencias de su profesión.
Muchos afirman que deben buscar trabajos adicionales para llegar a fin de mes, a pesar de la alta especialización y la corta vida profesional que caracteriza a la danza.
Según representantes del colectivo, la situación es especialmente insostenible si se compara con otras unidades artísticas del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), organismo dependiente del Ministerio de Cultura, donde otros cuerpos como la Orquesta Nacional o el Coro de la Zarzuela disfrutan de mejores condiciones laborales pese a estar bajo la misma administración.
Los bailarines exigen al INAEM y al Ministerio de Cultura una revisión realista de los salarios, dietas y complementos, así como un marco laboral que reconozca el desgaste físico y la dedicación que requiere su actividad artística.
También reclaman mayor transparencia en las negociaciones abiertas con las autoridades culturales, y preparan más jornadas de movilización si no se produce una respuesta satisfactoria.
La convocatoria se produce en plena temporada de funciones, subrayando la gravedad del conflicto y el impacto que puede tener en el mundo de la danza institucional española, considerado un referente cultural pese a las dificultades laborales que atraviesan sus profesionales.