La soledad no deseada golpea a todas las edades: mayores de 75 años los más afectados
- La hiperconexión digital convive con la falta de vínculos reales y agrava el aislamiento social
La soledad no deseada se ha convertido en uno de los problemas sociales más relevantes de la actualidad en España, afectando a personas de todas las edades, desde adolescentes hasta mayores de 75 años.
Aunque tradicionalmente se asociaba con la tercera edad, recientes estudios y encuestas reflejan que jóvenes y adultos jóvenes también sufren intensamente este fenómeno, a menudo impulsado por la hiperconexión digital y la falta de relaciones significativas en la vida real.
La soledad no deseada afecta a cinco millones de españoles y de todas las edades, según un estudio
Según datos del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada, la sensación de sentirse solo presenta una curva con forma de U: es elevada entre los jóvenes, disminuye durante la vida adulta y vuelve a subir notablemente en la tercera edad, alcanzando aproximadamente un 20% de prevalencia en mayores de 75 años.
Entre estos mayores, factores como la jubilación, la pérdida de seres queridos o dificultades de salud suelen agravar el sentimiento de aislamiento. Sin embargo, la percepción tradicional de que la soledad es un problema exclusivo de los mayores está siendo cuestionada por diversos estudios recientes.
Soledad no deseada, una cuestión de salud pública
Encuestas nacionales señalan que casi el 40% de los jóvenes menores de 30 años han experimentado soledad no deseada en algún momento de 2025, y hay un creciente número de personas de menos de 35 años que buscan apoyo emocional o una 'voz amiga'. Muchos de ellos explican sentirse abrumados por la hiperconexión digital —estar permanentemente conectados a redes sociales y chats— pero sin nadie real con quien hablar de forma profunda.
Expertos y organizaciones sociales advierten que, más allá de la digitalización, la calidad de las relaciones interpersonales y la presencia física siguen siendo factores clave para la salud emocional.
Por ello, diversas iniciativas comunitarias y programas de acompañamiento buscan ofrecer espacios de conexión humana real, desde grupos de encuentro hasta servicios de escucha, con el objetivo de combatir la soledad en todos los sectores de la población.
