Los lunares son una presencia habitual en nuestra piel y, en la mayoría de los casos, no representan ningún peligro. Sin embargo, no todos son iguales. En Madrid Mejora Tu Vida, el dermatólogo Javier Vicente, de la Clínica Dermatológica Internacional, explica cómo distinguir un lunar benigno de un posible melanoma y qué papel juega el sol y la genética en su aparición.
¿Qué son los lunares?
“El lunar es una acumulación de melanocitos en forma de nidos en la piel”, aclara el doctor Vicente. Estos melanocitos son las células responsables de la pigmentación cutánea, y aunque suelen agruparse de forma inofensiva, hay que prestar atención a su evolución. ¿La clave? Observar el tamaño, la simetría y el color. Los lunares benignos son pequeños y uniformes, mientras que los melanomas tienden a ser asimétricos, con varios colores y mayor tamaño.
La exposición solar durante la infancia y la predisposición genética son factores determinantes. Las personas que se han protegido del sol desde pequeñas suelen desarrollar menos lunares con el paso del tiempo. En el programa, el doctor Vicente muestra además cómo se detectan los melanomas y repasa los últimos avances en su tratamiento.