Les llaman zonas frontera. Barrios pegados a la M-30 en los que no existe zona SER y se utilizan como aparcamientos disuasorios. Allí deja la gente su coche y coge el metro para ir al centro de la ciudad. La consecuencia: los vecinos de los barrios se encuentran sin plazas para aparcar. El ayuntamiento propone ahora que los no residentes paguen por aparcar en ellos y que únicamente puedan dejar el coche allí dos horas. La medida se adoptaría en barrios como Begoña, Arturo Soria o el Puente de Vallecas.
Madrid Directo ha acudido a uno de estos barrios, el de Begoña, para constatar la dificultad que existe para poder aparcar el coche, y que provoca que muchos vecinos tengan que dejar el coche en descampados improvisados y saturados, después de interminables vueltas en busca de un espacio.
Ellos reclaman la construcción de un aparcamiento disuasorio en unos terrenos públicos donde ahora existen infraviviendas.
Pero la medida que plantea el Ayuntamiento, que sería bien acogida por los residentes del barrio, tropieza con otra realidad del barrio. Los trabajadores de los hospitales La Paz y el Ramón y Cajal que suelen aparcar sus vehículos en las calles de Begoña se verían perjudicados, no tan sólo por el coste que conllevaría, sino por el límite de tiempo de dos horas, algo imposible de gestionar en su jornada laboral.