Parece que fue ayer, pero han pasado 27 años. En 1998, la compañía Yllana estrenaba 666, un espectáculo que no solo se convertiría en uno de sus mayores éxitos, sino en un clásico indiscutible del teatro gestual.
Ahora, casi tres décadas después, regresa a los escenarios tan joven y transgresora como en su primer día, sin necesidad de retoques éticos ni estéticos. Hasta el 30 de noviembre, el Teatro Pavón de Madrid acogerá esta obra que ha recorrido más de 40 países y ha sido galardonada con numerosos premios internacionales.
El secreto de su longevidad es, precisamente, su esencia pura e intacta. 666 se ha consolidado como una de las señas de identidad de Yllana, reconocida por su potente mezcla de humor negro, sátira y surrealismo.
La obra trasciende el lenguaje verbal para conectar directamente con el público a través de un universo gestual y sonoro que no entiende de fronteras ni culturas. La premisa es tan oscura como hilarante: cuatro convictos esperan su destino en el corredor de la muerte.
Su encierro, las tensas relaciones con los guardias y una sucesión de desastrosos intentos de ejecución dan pie a una sucesión de escenas extremas, macabras y profundamente absurdas. El genio de Yllana reside en su capacidad para llevar al espectador de la carcajada a la incomodidad en cuestión de segundos, creando una experiencia teatral única e impredecible.
Las entradas para asistir a este regreso triunfal ya están a la venta, con precios que parten desde los 18 euros. Una oportunidad única para revivir o descubrir por primera vez un mito del teatro contemporáneo que ha demostrado, con su gira mundial y su vigencia, que el verdadero talento no tiene fecha de caducidad.