Un 9,7% del gasto sanitario en España tiene que ver con enfermedades relacionadas con el sobrepeso, un porcentaje superior al 8,4 % de la media en la OCDE y que corre el riesgo de aumentar a la vista de las tendencias preocupantes entre niños y adolescentes.
En un informe publicado este jueves sobre este fenómeno en una cincuentena de países, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destaca que cada ciudadano en España tiene que pagar 265 euros adicionales de impuestos al año por esos gastos.
Sus autores calculan que el exceso de peso resta 2,6 años de esperanza de vida en España, una cifra ligeramente inferior a los 2,7 años de media en la organización y lejos del máximo de 4,2 años de México, de los 3,9 de Polonia y Rusia o de los 3,7 de Estados Unidos. Pero también está alejada de Japón, donde el recorte de la esperanza de vida por el sobrepeso se limita a 0,9 años.
Este problema sanitario y de estilo de vida reduce el producto interior bruto (PIB) español en un 2,9%, lo que equivale a 479.000 trabajadores a tiempo completo al año. El impacto económico es del 3,3 % del PIB en la OCDE y en la Unión Europea, y alcanza el 5,3 % en México, el 5 % en Brasil o el 4,4 % en Estados Unidos.
Los expertos consideran que una persona está en sobrepeso cuando la relación entre su peso en kilos y su altura en metros al cuadrado supera la cifra de 25. Es obesa si pasa de 30.
En España, un 61,6% de la población tiene sobrepeso, frente al 59% en el conjunto de la UE y al 58,3 % en la OCDE. El porcentaje de obesos ha subido desde el 17% en 1996 al 23,8% en 2016.
La situación en términos comparativos es todavía peor para los niños y jóvenes de 5 a 19 años, ya que un 34,1% tienen un peso excesivo, comparados con un 27,6% en la UE y un 28,6% en la OCDE.
Sólo 11 de los 52 países del estudio presentan peores cifras, empezando por Estados Unidos (41,8% en sobrepeso en ese grupo de edad).
Los autores del estudio insisten en que el agravamiento de esa tendencia se puede corregir con la promoción de estilos de vida saludables que, además de tener un efecto positivo para la salud, suponen "una excelente inversión": por cada euro dedicado se obtiene un retorno de hasta 6 euros en beneficio económico.
Su recomendación es un paquete de medidas que incluya el etiquetado de los menús, la prescripción médica de actividad física y programas de bienestar en el trabajo. Eso podría prevenir hasta 96.000 enfermedades no transmisibles de aquí a 2050, ahorrar 32 millones al año en costes sanitarios y aumentar el empleo y la productividad en el equivalente a 4.000 trabajadores a tiempo completo al año.
Si se redujera en un 20% la aportación calórica de alimentos con alto contenido en azúcar, sal o grasas, eso permitiría prevenir 472.000 enfermedades para mediados de siglo, evitar 169 millones de euros de gasto sanitario al año y un aumento del empleo de 13.000 trabajadores.