Visita oficial de Donald Trump al Reino Unido. Es la primera de su segundo mandato. El presidente norteamericano y su esposa han pasado la jornada en el Castillo de Windsor donde han sido recibidos por la familia real.
Ha visitado la capilla de Palacio y la tumba de Isabel II y ha presidido un desfile militar junto al rey Carlos.
Trump y la primera dama, Melania, llegaron el martes a este país para una estancia de dos días por invitación del rey Carlos III, que este miércoles les agasaja por todo lo alto en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, antes de partir el jueves a la residencia campestre del primer ministro, Keir Starmer, en Chequers (sureste de Inglaterra).
Tanto la delegación estadounidense como la británica hicieron lo que pareció un esfuerzo consciente para subrayar la histórica 'relación especial' entre ambos países.
Melania Trump recurrió a marcas británicas como Burberry, mientras que la reina Camila y la princesa de Gales, Catalina, eligieron diseñadores locales y colores estratégicos para, según los expertos, respaldar a sus esposos y mostrar unidad, coordinando incluso los tonos con sus respectivas corbatas.
Los regalos también tuvieron significado: Trump entregó a Carlos III una réplica de la espada de Eisenhower, mientras que los reyes le obsequiaron un volumen de cuero conmemorativo del 250 aniversario de la Declaración de Independencia de EE.UU. y la bandera británica que ondeó en el Palacio de Buckingham el día de su investidura.
PROTESTAS EN LONDRES
Mientras, en Londres, miles de personas se concentraron en el centro de Londres para protestar ante la visita de Estado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Con pancartas, disfraces, cánticos y banderas -en su mayoría de Palestina-, e incluso globos y muñecos con la cara del presidente, los asistentes se mostraron en desacuerdo con la presencia del mandatario norteamericano y los honores con los que fue recibido hoy en el castillo de Windsor, a las afueras de la capital, por el rey Carlos III.
La concentración, organizada por la coalición 'Stop Trump', tomó como punto de partida la céntrica calle Portland Place, y discurrió por Oxford Street para pasar luego por puntos emblemáticos como Picadilly Circus o Trafalgar Square, antes de llegar a la plaza del Parlamento, donde se leyó un manifiesto.
Antes de comenzar la marcha, se vivieron algunos momentos de tensión cuando un hombre se sentó frente a la cabecera de la manifestación con una silla y una pequeña mesa de la que colgaba un cartel en el que se leía "Your side killed Charlie Kirk. Prove me not" (Vuestro lado mató a Charle Kirk. Demuéstrame que no).
Esta persona, que fue custodiada por la policía en todo momento, lanzó arengas a favor de Trump y acusó a los manifestantes de apoyar la muerte del activista conservador Charlie Kirk, por lo que recibió abucheos y gritos, sin que se causasen disturbios graves.
El primer ministro británico, el laborista, Keir Starmer, también fue objeto de críticas pues se le señaló como aliado del republicano.