En la entreplanta del número 8 de la calle del Conde de Aranda, se encuentra 'Artpel', una peluquería que ha sabido mantener su esencia a lo largo de 52 años. Manolo y Cristina, los pilares de este negocio familiar, han dedicado sus vidas a mimar a cada cliente, convirtiendo cada visita en una experiencia única y personalizada.
La historia de 'Artpel' comenzó con un enfoque exclusivo en caballeros y postizos. "Antes se llamaba postizo y luego se empezó a llamar prótesis capilares", explica Manolo. Con el tiempo, el negocio se expandió para incluir también a mujeres, ofreciendo soluciones a quienes deseaban ocultar la calvicie.
"Venía la gente que estaba calva, no quería verse calva y le poníamos una prótesis, y bueno, iban tan contentos", añade Manolo. Su clientela abarca todo el territorio español e incluso extranjeros, lo que demuestra la calidad y reputación que han construido a lo largo de los años.
La combinación del mundo de la posticería con la peluquería clásica es lo que distingue a 'Artpel'. Cristina enfatiza la importancia de las prótesis capilares: "Lo de la prótesis es fundamental".
En las salas dedicadas a este servicio, los clientes disfrutan de total privacidad mientras prueban sus prótesis. Un ejemplo es Mari, una clienta habitual que llega para probarse una nueva prótesis adaptada a su alopecia frontal. Una vez colocada, puede teñirse y peinarse como desee, recuperando así su confianza.
Antes de aplicar la prótesis, preparan minuciosamente el cuero cabelludo con una malla de tul francés transpirable que se adhiere perfectamente. "Es pelo natural y la cana es de un animal que se llama yak", explica Carmelo, otro miembro del equipo, sobre los materiales utilizados.
A lo largo de los años, 'Artpel' ha sido un refugio para personalidades importantes del cine y la política. Manolo recuerda con orgullo cómo han atendido a ministros y figuras del espectáculo. Su trabajo es meticuloso; cuentan con un taller propio donde crean y mantienen todas las prótesis. "Aquí es la zona donde las lavamos y preparamos", dice Carmelo mientras detalla el proceso de fabricación personalizado para cada cliente.
Consciente de la necesidad de adaptarse a los tiempos modernos, Cristina ha ampliado los servicios del salón para incluir estética. "Hay que crecer", concluye con determinación.
Además de una peluquería, 'Artpel' es un lugar donde se entrelazan historias personales con un servicio excepcional. Con su enfoque en la calidad y el cuidado al cliente, este negocio continúa siendo un referente en el sector, manteniendo viva la tradición mientras mira hacia el futuro.