Más de dos años y medio han pasado desde que una comunidad de vecinos en Villaverde comenzara las obras para instalar un ascensor en su edificio, una necesidad urgente para la mayoría de sus residentes, muchos de ellos mayores y con dificultades de movilidad.
Sin embargo, a pesar de la instalación parcial de la caja del ascensor, la obra no ha avanzado y el elevador sigue sin funcionar, dejando a los vecinos atrapados en unas escaleras cada vez más difíciles de subir.
"Somos once vecinos y con mucha invalidez y muchas personas mayores. Somos una finca bastante envejecida de unos 65 años, 68. El problema es que no nos responde nadie: teléfonos falsos, culpan a uno, culpan a otro; pero solución ninguna y mientras tanto, los vecinos sufriendo y pagando", declara con frustración Juan Pablo, uno de los once vecinos afectados.
La instalación quedó a medias: la caja del ascensor está construida pero no operativa. Además, las obras han dejado el portal en un estado lamentable, con azulejos rotos, cableado expuesto y falta de piezas esenciales para que el sistema eléctrico funcione correctamente.
Según los vecinos, el problema radica en la cometida del ascensor, es decir, la conexión eléctrica necesaria, que ha sido presentada y rechazada varias veces sin que se les explique claramente el motivo.
La situación ha empeorado porque la caja del ascensor ocupa buena parte del espacio de las escaleras, dificultando aún más el acceso a los pisos superiores. "Si me muero, me van a tener que sacar por el balcón porque por aquí no gira ni una camilla", comenta Juan Pablo.
Uno de los casos más dramáticos es el de un vecino de 92 años que debe subir y bajar las escaleras como puede. "Llevo tres años esperando este ascensor y dudo que funcione antes de que yo me muera", lamenta.
Otra vecina que usa andador desde hace tiempo ya no puede ni bajar a la calle para dar un paseo al parque o hacer compras sin ayuda constante de sus hijos, lo que supone un coste para toda la familia.
No menos afectada está una vecina del tercer piso que sufre tos crónica y fatiga: "Subo con mucho esfuerzo porque, por supuesto, por las mañanas yo quiero bajar a la calle. Me cuesta subir, ya por las tardes no salgo. Necesito el ascensor".
La comunidad exige respuestas claras y soluciones urgentes mientras viven atrapados en un edificio donde la accesibilidad prometida se ha convertido en una pesadilla diaria. La falta de comunicación y el abandono por parte de la empresa responsable han convertido un proyecto necesario en un calvario para estos vecinos mayores.