Escritor, poeta, dramaturgo, profesor, torero… si por algo es conocido Diego de Torres Villarroel es por las multiples profesiones que desempeñó.
Entre estas también se encontraba la de ‘cazafantasmas’, una labor que le llevó a estar relacionado con algunas de las historias más misteriosas de Madrid.
Aunque en su etapa juvenil Diego de Torres no creía en fantasmas y otros seres paranormales, eran muchos los que recurrían a él en estos casos.
En la calle Fuencarral se encontraba uno de los palacios donde sucedían hechos inexplicables como cuadros que se caían o ruidos peculiares a altas horas de la madrugada.
Por ello, la Condesa de los Arcos pidió ayuda a Diego de Torres. Tras pasar 11 noches en el palacio, llegó a la conclusión que no era una broma de sus criados.
Aconsejo a la Condesa salir de allí. En aquella época las viviendas que se creían que tenían algún tipo de maldición, duende o fantasma, podían no ser vendidas gracias a la cláusula duende.