Rocío Monasterio: “A la política hay que venir llorado”

Se considera una apasionada de Madrid. Del Madrid más ‘castizo’, nos señala en varias ocasiones, porque, según ella es el “Madrid más auténtico”. Viajamos hasta Puerta de Toledo, una de las paradas más céntricas, para conocer a Rocío Monasterio, la presidenta de Vox en la Comunidad de Madrid y toda una amante del Rastro.

Se incorporó al partido de Santiago Abascal en 2014 y, durante los primeros meses combinó sus proyectos como arquitecta con su nueva faceta como política: “Por aquel entonces estaba a lo mío y por las noches me dedicaba a Vox”. Fue tal su perseverancia que, en tan solo dos años, logró hacerse con el cargo que ocupa actualmente.

Si ha habido algo que le ha ayudado a catapultarse hasta aquí, eso ha sido su “carácter endemoniado”, como ella misma lo define, y sus famosas provocaciones, las cuales ha confesado que hace de forma consciente y porque se divierte.

Y, es que a esta madrileña de orígenes cubanos le encanta buscarle las cosquillas a sus opositores, como nos ha demostrado. Desde ‘A un metro de ti’ ha querido mandar algún que otro mensaje poco o nada subliminal: “A la política hay que venir llorados. El que no venga llorado, que no entre”.

Rocío Monasterio siempre ha tenido interés por la política: “El primer libro que nos soltaban era de Concepción Arenal. Mucho antes que el de Caperucita”. Para quien lo desconozca, Concepción Arenal fue una diseñadora y experta en derecho, además de una de las mujeres precursoras del feminismo en España.

Desde muy pequeña leía y se documentaba, en gran parte, debido a las desgracias que les tocó vivir a sus antepasados. Les expropiaron todo lo que tenía en Cuba y los que sobrevivieron a los fusilamientos, se vieron obligados a abandonar el país.

Es por este motivo por el que en su casa “nadie contemplaba que no leyera de política” y, de hecho, las condiciones en las que se produjo el exilio político cubano se han convertido en uno de sus temas favoritos en política. “Mi familia me ha influido en la defensa de la libertad.

Su relación con Espinosa de los Monteros

Se conocieron en España pero, al poco tiempo, tuvieron que separarse por el bien de sus carreras profesionales: “No somos como otros políticos. Hemos trabajado”, comenta entre risas. Los dos se trasladaron a ciudades muy distantes entre sí de Estados Unidos y, a pesar de las adversidades que les puso el destino, con dedicación, lograron sacar adelante su relación a distancia.

Lo que enamoró a Rocío Monasterio de Iván Espinosa de los Monteros fue “que tiene un don para la gente y que es una persona muy abierta a todo. Al mundo. A escuchar. Es generoso y, por eso, llevamos 20 años casados” y tienen cuatro hijos en común.

Lo único que le pide a sus hijos es que lean, la ideología les da igual. Eso sí, si deciden votar a la izquierda “allá ellos, porque les van a engañar”.

En cuanto a la izquierda…

“Felipe González antes no me gustaba y, con lo que tenemos ahora, cada vez le echamos más de menos”. Y, es que no solo ha lanzado pullitas contra el que fuera presidente del gobierno, también contra todos sus compañeros: “No me gusta ningún político de la izquierda. La clase política española está mal. Es muy triste. Antes había gente mucho más interesante, como Echegaray”, el primer español en ganar el Nobel de Literatura.

También ha querido hablar de feminismo, porque ella lo tiene claro: “Ser mujer en España te beneficia”. Entre otras muchas cosas, por la ley de cuotas, que busca equiparar la distribución de géneros en los puestos de trabajo y lograr una mayor presencia de las mujeres en ellos: “Es una humillación para la mujer. Nos tenemos que hacer valer y denunciar cualquier tipo de discriminación”.