Los incendios no sólo arrasan con hectáreas, casas y otros elementos materiales, también deja huella en las personas, especialmente las que lo han perdido todo.
Sufrir un golpe emocional tras estas situaciones es algo común e implica que muchos requieran de ayuda psicológica, ya que deja secuelas como ansiedad o insomnio.
Según los expertos, la recuperación no es fácil ni rápida. Comenzar por rutinas básicas como establecer los horarios de alimentación y descanso, además del apoyo social.
Evitar la exposición a imágenes y noticias relacionadas con el incendio, son algunas de las restricciones ya que pueden aumentar la angustia, incluso de quienes no han sufrido pérdidas directas.