Más de quince millones de chilenos están llamados este domingo a las urnas para decidir, en un plebiscito obligatorio, si aprueban o rechazan una propuesta de nueva Constitución.
El texto ha sido elaborado durante un año por una convención constituyente paritaria y elegida democráticamente y que pretende sustituir a la Constitución de 1980, aprobada en dictadura.
La Constitución a votar define al Estado como social y democrático, incorpora nuevos derechos sociales y económicos, asegura la igualdad de sexos, tiene carácter ecológico y garantiza los derechos de los indígenas.
La izquierda está a favor de aprobar el texto, mientras que la derecha lo rechaza. Sus defensores dicen que ayudará a crear un Chile más justo, porque incluye nuevos derechos sociales, la principal demanda expresada en la ola de protestas de 2019.
Sus detractores creen que es un texto radical que no une al país. La sociedad chilena vive por tanto el proceso profundamente dividida.
“Llevamos demasiado tiempo de confrontación, violencia. Sólo con unidad vamos a poder construir la casa de todos", ha afirmado el expresidente Sebastián Piñera a la hora de votar.
