Hemos comprobado cómo las aves rapaces colaboran con la conservación de algunos de los monumentos más importantes de la capital como es el caso de la Puerta de Alcalá.
No han visto que ya no hay palomas sobrevolando ese área. Les presentamos a Lucía, la que lo hace posible.
La Puerta de Alcalá cuenta con un equipo muy especial encargado de su conservación: un águila y dos halcones forman parte de la "patrulla aérea".
Desde que terminó la restauración del monumento en diciembre de 2024, se aplicó una nueva medida para preservarlo del deterioro que sufría por la exposición constante a palomas.
Las mismas aves anidaban o defecaban sobre la Puerta de Alcalá haciendo que su conservación se viera perjudicada.
Las águilas y halcones se encargan de disuadir la presencia de otras aves en la zona para que no desgasten La Puerta de Alcalá.