La experta Mamen Gómez relata la larga trayectoria de su mantequería fundada en 1870, un negocio familiar que, aunque ha pasado por diversas manos, suma tres generaciones dentro de su propia familia.
La historia comenzó cuando su sobrino llegó desde Cuenca con solo 14 años, tan pequeño que debía subirse a un cajón para atender en el mostrador. Con los años, tras el fallecimiento del dueño original, adquirió el negocio, que hoy continúa con Andrés, José —marido de Mamen— y el hijo de este.
Con la llegada de la Navidad, la mantequería recibe entre 200 y 300 encargos de cestas, un trabajo “artesanal” que exige medir bien la producción para no desbordarse.
Mamen lo deja claro: en una buena cesta navideña no puede faltar el jamón.