Durante el incendio de Méntrida, muchas fincas que tienen ganado tuvieron que desalojarlo de la mejor forma que pudieron.
Las cabras y las ovejas de Navalcarnero fueron trasladadas andando, y gracias a las ayudas de los vecinos pudieron llevarlas a fincas a salvo.
Con los caballos, varios voluntarios ofrecieron sus camiones para poder sacarlos. Entre el calor, el humo... los animales estaban muy nerviosos y poder desalojarlos fue toda una odisea.