La Plaza de España debe su nombre al gran proyecto urbanístico que se llevó a cabo en el siglo XX, en un esfuerzo por crear una de las plazas más importantes de la ciudad y del país.
Sin embargo, no siempre ha sido conocida por este nombre. En sus orígenes, la zona se llamaba Prado de Leganitos debido a la cercanía del arroyo Leganitos, que alimentaba las huertas y regadíos que cubrían este espacio antes de su urbanización.
Con el paso del tiempo, la plaza fue evolucionando y adoptando distintos nombres. Durante el reinado de Carlos III, el área fue rebautizada como Plaza de San Gil, debido a la construcción de un convento que más tarde se convirtió en un cuartel.
En 1839, recibió el nombre de Plaza de San Marcial, en honor a la batalla homónima de la Guerra de la Independencia, antes de finalmente adquirir su denominación actual, Plaza de España.
Una curiosidad: aunque el origen de la expresión "llevarse al huerto a alguien" se vincula más con una escena de La Celestina, es cierto que en el pasado esta área era conocida por ser un lugar tranquilo por las noches, donde los madrileños acudían en busca de privacidad para encuentros románticos.
Por el día, la zona era bulliciosa, pero al caer la noche se convertía en un rincón ideal para dar rienda suelta a las pasiones.