Los barrios creados en los años 50 con ladrillos son los que más calor experimentan en Madrid. Los edificios que carecen de aislamiento provoca el aumento de las temperaturas en los hogares.
Además, la escasez de zonas verdes o una menor densidad de arbolados también influyen. En San Cristobal de Los Ángeles las temperaturas marcan 41 grados, tres más que en el centro.
A esto se le suma que no todos los vecinos pueden permitirse el aire acondicionado o un ventilador. Para ello, la Fundación Madrina reparte estas máquinas entre las familias más vulnerables.