Madrid celebra el día grande de La Paloma entre tradición, devoción y verbena
- La jornada arrancó con la ofrenda floral y la emotiva bajada del lienzo por los bomberos; la fiesta se alarga hasta la madrugada con música, baile y sabor castizo
El barrio de La Latina ha vivido este jueves el día grande de las fiestas de la Virgen de la Paloma, una de las celebraciones más populares y queridas del verano madrileño.
Como es tradición, la jornada ha comenzado con la ofrenda floral y la multitudinaria misa en la iglesia de La Paloma, donde cientos de fieles han acudido a rendir homenaje a la patrona oficiosa de Madrid.
Uno de los momentos más esperados ha sido, como cada año, el descenso del lienzo de la Virgen, una imagen de 80 kilos colgada a siete metros de altura y que ha sido bajada por los bomberos del Ayuntamiento, en un acto cargado de emoción y simbolismo.
“Aquí en el barrio todo el mundo le tiene mucha devoción a la Virgen”, comentaba una vecina vestida de chulapa.
En las calles, el ambiente ha sido de alegría y tradición, con madrileños y visitantes disfrutando del chotis, los barquilleros, las clásicas gildas y la limonada con vino, infaltable en las verbenas del centro. El calor no ha impedido que las plazas y terrazas se llenen de música y color hasta bien entrada la madrugada.
Los Bomberos rinden homenaje a la Virgen de la Paloma en la Puerta de Toledo
Durante la ceremonia religiosa, muchos han aprovechado para hacer peticiones a la Virgen: “Salud para mi familia”, “Paz para España” o “que ayude a los bomberos a apagar los incendios” han sido algunos de los deseos más escuchados entre los asistentes.
Las fiestas de la Paloma, que mezclan fervor religioso con el espíritu más castizo de la capital, se consolidan año tras año como un símbolo de la identidad madrileña, donde tradición y modernidad conviven en armonía en pleno mes de agosto.
