Morante de La Puebla nació en la localidad sevillana de La Puebla del Río hace 45 años, es padre de tres hijos y matador de toros desde 1997.
En 1998 tomó la alternativa en Burgos de la mano de Cesar Rincón y Fernando Cepeda. Un año más tarde abrió la Puerta del Príncipe de La Maestranza con tan solo 19 años.
Desde entonces comenzó un largo peregrinar por el desierto de la enfermedad mental.
En 2004 anunciaba que tenía problemas psíquicos y que viajaba a Estados Unidos a someterse a electroshock.
Reapareció un año después pero volvió a colgar el traje de luces en 2007 tras cortar una sola oreja en la corrida de La Beneficencia en Madrid.
En 2017 se retiró otra vez temporalmente.
Una carrera de altibajos que cambia en 2021 con la llegada de su actual apoderado, entonces se inicia una remontada personal y artística pero los problemas de salud mental continúan ahí tal y como confesó hace unos días en su última entrevista en Telemadrid.
En los últimos años, Morante ha reafirmado su lugar como uno de los toreros más influyentes y carismáticos de su generación. Su capacidad para emocionar al público joven y mantener viva la esencia más pura de la tauromaquia lo ha elevado a la categoría de leyenda viva.
Su marcha ha llenado las redes sociales de emotivos mensajes, también desde el mundo de la política.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijoó se despedía en su cuenta de ‘X’, con un "Adiós Maestro"; "Momentos para la historia" escribía la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso o una "Carrera memorable", destacaba el alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida. También el líder de Vox, Santiago Abascal, al que Morante dedicó el último toro, ha alabado la figura del mítico torero.