El caso de Paco Salazar y las denuncias de acoso sexual han golpeado al PSOE y al Ejecutivo en la última sesión de control del pleno del Congreso, donde el PP ha puesto en cuestión el feminismo de los socialistas mientras, en los pasillos, los aliados del Gobierno exigían contundencia y claridad.
Tras esperar 19 días para conocer la sentencia al ya ex fiscal general del Estado, la histórica condena ha pasado a segundo plano ante las denuncias de acoso sexual registradas en el PSOE, a las que este miércoles se ha sumado una presentada contra el presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé.
En su último cara a cara del año, el líder el PP, Alberto Núñez Feijóo, ha acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de haber aprendido "en los prostíbulos" todo lo que sabe sobre feminismo y le ha preguntado qué atributos vio en Santos Cerdán, José Luis Ábalos o Paco Salazar para convertirles en sus hombres de confianza. Los eligió, a su juicio, porque están hechos "a su imagen y semejanza" y no es "mejor que ellos", sino "uno de ellos".
Sánchez ha repetido el mensaje que ya lanzó este martes, y es que el feminismo da lecciones a todo el mundo, y a él el primero. La gran diferencia entre el PSOE y el PP, ha recalcado, es que mientras los socialistas asumen sus errores y actúan en consecuencia, los populares se abrazan "al error histórico que se llama Vox".
Frente a ellos, los ministros y dirigentes socialistas interpelados han reivindicado sus políticas feministas y han restado legitimidad a las críticas de los populares, a quienes han recordado también su inacción ante presuntos casos de acoso que afectan a los alcaldes de Algeciras o Estepona, o lo que ocurrió en el caso Nevenka.
"Nadie entiende lo que está haciendo el PSOE" y "sobre todo, lo que hizo Moncloa con Salazar", señalaba el portavoz de ERC, Gabriel Rufián.
El PSOE, ratificaba la portavoz del PNV, Maribel Vaquero, debería ser "mucho más claro y mucho más contundente" en la gestión de estos casos.