Divididos ante el desembarco en la sierra: Los comerciantes a favor mientras los alcaldes logran más control policial

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Para este puente de San José la Sierra Norte es una de las opciones estrella. El gran éxodo de turistas se espera, sobre todo este viernes, algo que es bueno para la hostelería, pero preocupan los efectos sanitarios. En Manzanares el Real el alcalde pidió ayuda a Delegación del Gobierno que ha respondido a través de una carta que se reforzará el dispositivo, incluso con un helicóptero.

El caso es que hay división de opiniones, porque mientras los alcaldes de los municipios de la sierra temen una avalancha de visitantes y piden medidas, los comerciantes recuerdan que viven del turismo. "Sin turistas esto se hunde", dice la gente del pueblo.

En vísperas del puente de San José, Madrid afronta su segunda jornada con cierre perimetral. No se puede salir de la región salvo causa justificada y eso ha hecho que los alcaldes de los municipios de la sierra se movilicen. Temen una avalancha de visitantes y han pedido a Delegación del Gobierno medidas para controlar posibles aglomeraciones.

Los hosteleros viven del turismo

Los alcaldes de la sierra apelan a la prudencia, pero comerciantes y restauradores recuerdan que el turismo es su principal fuente de ingresos. Comerciantes y hosteleros como Teresa, que lleva 48 años trabajando en su restaurante, por lo que sabe el turismo que se mueve en Manzanares El Real.

Afirma Teresa que está bien que los ayuntamientos pidan a la delegación del Gobierno medidas para controlar la llegada de madrileños para evitar el aumento de contagios. Pero cree que los comerciantes y restauradores viven en su mayoría del turismo y que el consistorio también debe procurar que sus negocios no se hundan.

Por ejemplo, Teresa ha tenido que despedir a uno de sus camareros y solo puede trabajar al 50 por ciento. Señala que Manzanares El Real no ha estado cerrado en ningún momento y espera que siga así en Semana Santa para que puedan ir los visitantes. “Lo único que podemos hacer es cumplir con las medidas higiénicas y sanitarias impuestas por las autoridades y atender al público lo mejor posible para que vuelvan”, dice.

Control sí, prohibición no

Los hosteleros procuran que esté todo organizado, aunque haya más o menos gente y piden al ayuntamiento organización: “El control es bueno pero la prohibición no”, dicen.

Lo mismo le ocurre a Leonardo Yebras que tiene su casa rural, Casa Yebras y Ana, en Mataelpino, reservada para el puente y la Semana Santa desde hace casi medio año, aunque está de acuerdo con el control por parte de los ayuntamientos.

Su establecimiento es un chalet rural con dos casas independientes, una para 14 personas en la que por el Covid solo admiten 4, y la otra solo para 6 aunque antes de la pandemia era para 18.

Ahora solo admiten parejas, familias y grupos de amigos de tres o cuatro personas. Están prohibidas los eventos y las despedidas, y a algún grupo de jóvenes les ha tenido que decir que no entraban en la casa y les ha devuelto el dinero.

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