El número de muertes por ahogamiento en España sigue creciendo y genera preocupación cada verano. En lo que va de periodo estival, se han registrado ya 250 fallecimientos en todo el país, 25 de ellos menores de edad.
Entre 30 y 40 niños menores de cinco años pierden la vida cada año, en su mayoría en piscinas privadas de viviendas unifamiliares.
Ante esta realidad, la labor de los socorristas se vuelve imprescindible, y seguir sus consejos puede marcar la diferencia entre un día de diversión y una tragedia.
En instalaciones como Valdelaspuentes, la piscina municipal más grande de la Comunidad de Madrid, que recibe hasta 25.000 bañistas al año, los profesionales insisten en la vigilancia continua de los menores.
Es crucial detectar señales de peligro como juegos bruscos, buceos prolongados o comportamientos inusuales en el agua.
Los expertos recuerdan que los menores de 14 años deben estar siempre supervisados por un adulto y, si no saben nadar, contar con elementos de flotación adecuados.