Casi todos dábamos por muertas las fotos en papel pero nada más lejos de la realidad. En plena era digital imprimimos más en papel que en el año 2000, en gran medida por el boom de las instantáneas, como la Polaroid de toda la vida. Los más jóvenes, que nunca han llevado un carrete a revelar, se apuntan al papel gracias a cámaras que permiten imprimir al instante imágenes de Whatsapp, Instagram, Snapchat y otras redes sociales. La tendencia se completa con los scrapbooks, diseños personalizados para enmarcar sus fotos preferidas.