Un solar okupado se ha convertido en el infierno cotidiano de decenas de vecinos y comerciantes de Puente de Vallecas. Desde hace más de un año, denuncian que el lugar alberga un punto de venta de droga activo las 24 horas, lo que ha generado una espiral de delincuencia, amenazas y vandalismo.
La desesperación es palpable entre los residentes. "Enfrentamientos como estos a diario, todos los días... No puedo abrir la ventana de mi propio local, no podemos hacer nada y encima tenemos que aguantar que nos amenacen", relata Martín, vecino y dueño de un negocio que linda con el solar.
La situación le ha obligado a tomar medidas desesperadas: "Tuvimos que poner esto opaco para que no se vea desde fuera... Es una venta continua de droga 24 horas al día, la puerta está rota, entran y salen como les da la gana y nos tienen a los vecinos amedrentados".
El relato de la impunidad se repite. "La Policía sí que viene todos los días, les saca, les identifica y según les identifica se vuelven a meter dentro", explica Martín, describiendo un círculo vicioso que se perpetúa.
Lo que comenzó con la okupación del solar por parte de dos chatarreros degeneró rápidamente con la entrada de la droga, y los problemas no han dejado de crecer. Los delitos se han extendido más allá del propio solar, afectando a coches y viviendas de la zona.
Un comerciante de la zona relata cómo "han entrado a robar, han roto la luna y se han llevado el dinero que teníamos en la caja". Otro vecino encontró su coche vandalizado: "Me rompieron la luna auxiliar, me robaron una bici del niño, una silla de verano".
Los robos para sustraer materiales son constantes. "Esta mañana han quitado de ahí unos tubos de cobre de un aire acondicionado. Lo han cortado y se han llevado el cobre. Nueve euros habrán ganado y el destrozo ha sido de mil euros", se queja otro residente, exhausto.
Al acercarnos al lugar, constatamos las condiciones de insalubridad y peligro en las que se vive, incluyendo el uso de fuego para cocinar en el interior. La hostilidad hacia cualquier persona ajena al lugar es extrema. Durante la grabación, los ocupantes, incómodos, respondieron con violencia lanzando un barreño lleno de orines.
Miguel, otro vecino, resume la situación con crudeza: "Todo lleno de meadas, peleas constantes y todas las mañanas el rellano del portal lleno de papelinas y de todo".
Tras más de un año de terror vecinal, los vecinos claman por una solución real y efectiva que les devuelva la paz y la seguridad a su barrio, preguntándose hasta cuándo tendrán que vivir bajo el yugo del miedo y la impunidad.