Descubrimos otro narcopiso, esta vez, en el número 10 de la Calle Tesoro, Malasaña.
Una historia peculiar, protagonizada por la ex portera de este inmueble. Cuando la comunidad vecinal dejó de necesitar sus servicios, ocupó el piso de portería con la finalidad de vender droga.
Ahora, los vecinos denuncian que el porterillo y la cerradura de la puerta están inutilizados para facilitar la entrada toxicómanos.