La Noche Golfa, vivió una noche cargada de emoción con la visita de Almudena Cid, quien repasó su excepcional trayectoria en una conversación acompañada por Miguel Lago y Berta Collado
Cid, única gimnasta rítmica en competir en cuatro finales olímpicas consecutivas —Atlanta 96, Sídney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008—, compartió detalles inéditos sobre su experiencia olímpica y recibió dos conexiones sorpresa que dejaron al público e invitada profundamente conmovidos.
Señaló la exigencia emocional del alto rendimiento y la soledad que muchas veces acompaña a los deportistas. “Solo van 10.000 atletas a unos Juegos. Cuando estás ahí, sabes que formas parte de algo único”, reflexionó.
La conversación dio paso a una de las grandes de la noche: una llamada de Amaya Valdemoro, leyenda del baloncesto español y gran amiga de Almudena.
“El deporte nos ha unido y somos grandes amigas”, confesó Valdemoro, subrayando la importancia del apoyo entre deportistas tras la retirada. Ambas compartieron cómo la amistad y la comprensión mutua les han ayudado a transitar etapas de vulnerabilidad lejos de los focos.
La segunda llamada, aún más emotiva, fue la de la periodista Paloma del Río, voz histórica del deporte en España y mentora para Almudena.
Paloma no solo le dio su primera oportunidad como comentarista tras su retirada, sino que también la acompañó en uno de los momentos más simbólicos de su carrera: la despedida en Pekín 2008, cuando besó el tapiz tras su última actuación. “Le debo mucho. Me reconcilió con la gimnasia cuando yo ya no quería saber nada”, confesó Cid.
El clímax emocional llegó con una pieza física cargada de historia: la cinta personalizada que Almudena dibujó con los cuatro logos de sus Juegos Olímpicos.
Su significado profundo —una herramienta de motivación y símbolo de resiliencia— fue destrozado cuando una marca deportiva la cortó sin permiso para insertarla en unas zapatillas promocionales.
“Era mi vida troceada en una bolsa de plástico”, contó con lágrimas en los ojos. Años después, en plena mudanza tras una etapa personal difícil, la cinta reapareció.
Almudena Cid decidió restaurarla con hilo y nuevos dibujos, como metáfora de su renacimiento: “Te pueden romper, pero si lo hiciste tú, lo puedes volver a hacer.”