Desde principios de este año, el Castillo de Manzanares el Real, declarado Bien de Interés Cultural y lugar donde se firmó en 1983 el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid, ha dejado de ser visitable tras su devolución a su propietaria, la duquesa del Infantado.
Tras casi medio siglo abierto de forma ininterrumpida, el cierre ha tenido un fuerte impacto en la actividad económica del municipio, especialmente en la calle La Cañada Real, principal vía de acceso al castillo y eje comercial.
Muchos negocios de la zona han visto reducida su actividad al mínimo e incluso algunos han tenido que cerrar.
La presidenta de la Asociación de Comerciantes, Emperatriz Aedo, denuncia la falta de apoyo institucional y la escasa implicación del tejido comercial local para exigir soluciones.
Ha asegurado que la situación "es insostenible" y ha añadido que "No hay otra cosa, es un sitio que no tiene ninguna industria, ninguna otra fuente de ingreso que no sea el turismo".
Aedo, visiblemente afectada, ha hecho un llamamiento a la unión de todos los comercios para recuperar el pulso económico de Manzanares el Real y evitar que se convierta en un pueblo dormitorio.