Una familia priorizó sus vacaciones a su hijo de 10 años. Se disponían a coger un vuelo dos padres con sus dos hijos; cuando, de pronto, el pasaporte de uno de los niños no estaba en regla y, por tanto, no podría coger el avión.
Sus padres, negados ante la idea de perder el vuelo y, por ende, sus vacaciones, decidieron dejar al joven de 10 años en tierra, con su equipaje, e intentar emprender el viaje. Según ellos, otro familiar ya iba de camino al aeropuerto de El Prat (Barcelona) para recoger al chico.
No obstante, la Guardia Civil logró actuar a tiempo y, gracias al aviso de una empleada de coordinación aérea, bajó a los dos progenitores y al otro niño del avión.