El presidente del grupo parlamentario del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, exigirá mañana al líder del PP, Mariano Rajoy, que concrete en el debate de investidura sus propuestas para el país y le ofrecerá la lealtad de los socialistas en la lucha contra la crisis, pero le marcará también unas "líneas rojas".
Líneas que los socialistas están dispuestos a defender con uñas y dientes durante toda la legislatura y que son el mantenimiento del Estado del bienestar y de los servicios básicos como la educación y la sanidad públicas.
Según fuentes socialistas consultadas por Efe, sobre ese eje girará la intervención de Rubalcaba en el debate de investidura de Rajoy, que comienza mañana en la Cámara Baja y donde Rubalcaba sentará las bases de la oposición que ejercerá el PSOE en los próximos años.
Una oposición rigurosa y firme, pero también constructiva y leal, de acuerdo con las mismas fuentes, porque los socialistas quieren ser un aliado del Gobierno contra la crisis, aunque avisan de que el PP les tendrá enfrente si usa la crisis como excusa para desmantelar el Estado del bienestar.
Durante su intervención, Rubalcaba intentará que Rajoy desvele lo que quiere hacer con España y le expondrá que ya no tiene excusas para mantener en silencio sus propósitos y que ya no puede haber más retrasos ni más ambigüedades sobre su programa de gobierno.
Se teme el PSOE que Rajoy deje aspectos muy importantes de su proyecto sin concretar y que busque pretextos para no desvelar algunas de sus medidas, como por ejemplo decir que tiene que esperar a conocer la situación real de las cuentas públicas para no comprometerse a mantener determinadas políticas sociales.
Esa sería, a juicio del PSOE, una excusa que no se sostendría, sobre todo teniendo en cuenta "el exquisito" traspaso de poderes que se ha realizado, en el que el Gobierno saliente ha facilitado al PP todos los datos que ha solicitado.
También esperan los socialistas el anuncio por parte de Rajoy de algunas "medidas demagógicas" que apenas tendrán impacto real en la economía, pero con las que pretenderá dar un golpe de efecto y, de paso, justificar las medidas más duras.
Las fuentes citan como ejemplo la reducción o congelación de sueldos de altos cargos, en línea con lo realizado por los gobiernos autonómicos del PP "para ocultar el calado de sus recortes sociales".
Con la excusa del ahorro, el PSOE sospecha además que Rajoy vaya a eliminar organismos oficiales que controlan o condicionan la acción del gobierno.
No obstante, los socialistas quieren que se visualice desde el primer momento que el PSOE hará una oposición "muy diferente a la que ha hecho el PP durante los últimos 8 años".
Será una oposición rigurosa y firme en la defensa del Estado social y de las libertades, del programa electoral con el que el PSOE concurrió a las elecciones del 20N, pero también constructiva y leal, que sea útil, que ayude y no que dificulte la lucha del Gobierno contra la crisis.
Y es que, según las fuentes, la prioridad del PSOE en el debate y durante toda la legislatura va a ser la lucha contra el paro y contra la crisis económica.
No será, insisten, una oposición que vaya sembrando dudas por Europa y por el resto del mundo sobre la solvencia económica y la capacidad de salir de la crisis que tiene España.
Rubalcaba llevará preparada una parte de su discurso, la relativa al papel que jugará el PSOE como principal partido de la oposición, así como la referida al protagonismo que debe tener la UE en el mundo y España en la UE, la clave del futuro, a su entender.
El resto de su intervención la elaborará entre la finalización del discurso de Rajoy y las cuatro de la tarde, cuando empiece su turno, porque Rubalcaba quiere "escuchar de verdad" al líder del PP y las propuestas que formule, habida cuenta de que se trata de su investidura, recuerdan las fuentes.
Los socialistas creen que se comprobará "la enorme diferencia" entre la forma en la que Rajoy afrontaba estos debates en la oposición, pues ya llevaba preparado su discurso y no lo modificaba dijera lo que dijera José Luis Rodríguez Zapatero.