Éxito de la terapia asistida con perros para rehabilitar a pacientes alcohólicos

Ras y Fox son perros que ayudan a evitar la recaída con el alcohol. Colaboran con el Hospital 12 de Octubre, que ha dado a conocer los resultados del estudio de su Instituto de Investigación, en colaboración con la Asociación Souling. La conclusión es que las personas alcohólicas logran grandes beneficios cuando hacen su terapia de rehabilitación con animales.

Estos dos canes han sido seleccionados y preparados tras ser rescatados de situaciones de abandono, y participan como uno más en las terapias de grupo una vez a la semana a la que acuden 12 pacientes, junto a guías, psicólogos y psiquiatras para hacer las sesiones. Entre la mascota y el enfermo se crea una relación. La conducta del perro le ayuda a aumentar el autocontrol y ser más responsable.

El objetivo que se persigue es mejorar la adherencia al tratamiento por parte de los pacientes para que no abandonen el programa. "Dejar de beber no es suficiente, la recuperación pasa por un cambio radical en su estilo de vida. Para el cambio, el aprendizaje con los perros es esencial", apunta el doctor Rubio.

"El perro debe inhibir su conducta, debe controlarla"

Uno de los ejercicios consiste en que el perro "debe pasar por el camino y debe evitar los estímulos", tal y como explica uno de los psicólogos de la asociación. En el recorrido, sitúan pequeñas chucherías que el perro debe evitar para llegar hasta la meta. "El perro debe inhibir su conducta, debe controlarla", añade.

Si se traduce a la conducta de los pacientes, estos "identifican las situaciones de riesgo" en su día a día y localizan "cuáles son sus motivaciones y expectativas". Así, "el perro y el paciente se acompañan en este ejercicio de aprendizaje mutuo", explicó la psicóloga de la Asociación Souling, Mercedes Fernández, quien se mostró emocionada y orgullosa con los resultados.

"Lo que acabamos de ver es un poco lo que nosotros como pacientes alcohólicos tenemos en el día a día", explica Eugenio Sánchez. "Vamos a tener unas necesidades que se crean por estímulos que vamos a encontrarnos día a día. Lo que yo aprendo es lo que hace el perro, fijarme otros estímulos, otras motivaciones para que el problema principal, que es el alcohol, pase a un segundo término", argumenta.

Debido a los prometedores resultados obtenidos en esta primera experiencia, está previsto "continuar con el proyecto durante este nuevo año y evidenciar los resultados de forma contrastada", apuntan los responsables.

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