Primer fin de semana tras el derrumbe mortal en la calle Hileras, 4, en el barrio de Ópera. Hemos regresado a la zona donde vecinos de los edificios colindantes intentan volver a la normalidad. Muchos han vuelto ya a sus casas.
Cuatro trabajadores perdieron la vida en el interior de un edificio que estaba en rehabilitación el pasado martes. Carmen entra hoy a la casa de su hijo Javier, vive en bloque contiguo al del derrumbe, en el número 6 de la calle Hilanderas. "La calle parece ahora una atracción turística", destaca debido al gran número de curiosos que hay en la zona.
La casa por dentro, está en perfectas condiciones. La segunda noche su hijo pudo dormir ya en su cama. "No hay ningún desperfecto en este edificio", resalta. Día a día se está volviendo a la normalidad, mientras siguen las labores de desescombro y de apuntalamiento del edificio siniestrado.