La situación en Barajas está cambiando. Aunque todavía se desconoce cuándo se podrán en marcha los controles más estrictos y cuándo se restringirá el libre acceso, algunas medidas de control ya están haciendo efecto. Los trabajadores de la T4 aseguran que los sin techo que pernoctan en el aeropuerto se han cambiado a otra planta, donde no hay tantos pasajeros, y se puede ver más seguridad en la zona.
No obstante denuncian la insalubridad e inseguridad que se vive en los pasillos y los baños de la T-4, con hurtos, acosos o intentos de agresiones. Dicen que las trabajadores sienten miedo de acudir solas a los baños y que la situación es insostenible. Reclaman una solución a un problema que llevan meses afrontando.
Los sindicatos aseguran que la responsabilidad es de AENA, que llevan un año sin resolver la crisis de Barajas tras la saturación de las cuatro salas de asilo.